Los Compinches del Colesterol
Se trata de otras grasas que circulan
por la sangre, una alimentación inadecuada, la obesidad y el
sobrepeso, entre otros factores de un proceso que, de no ser
controlado, conducen directamente a la
ateroesclerosis.
Usted
seguramente habrá oído hablar hasta el hartazgo del colesterol, y
habrá leído notas sobre el tema también. Entonces ya sabe de qué se
trata. Sin embargo, antes de hablar de sus "cómplices", conviene
hacer un repaso, que nunca está demás.
El colesterol es una de las tantas
grasas que existen en nuestro organismo y que resulta esencial para
la formación de las estructuras de las membranas de todas las
células, en especial las del cerebro y las células nerviosas. Además
forma parte de las funciones vitales del hígado y es necesaria para
producir hormonas y ácidos biliares.
Podríamos decir que el colesterol es
como el agua: necesarios para la vida, aunque pueden derivar en
catástrofes si se encuentran en exceso. En el caso del colesterol,
cuando su cantidad circundante en la sangre supera los valores
normales (lo aconsejable es tener valores de 200 mg % o menos), éste
se deposita en la parte interna de las arterias y pasa a formar
parte del proceso que conduce a la ateroesclerosis; la luz arterial
va disminuyendo en forma progresiva y constante hasta llegar a la
obstrucción total con sus consecuencias.
El colesterol alto o
"hipercolesterolemia" tiene, en general, dos orígenes:
aproximadamente un 20 % proviene de los alimentos que consumimos a
diario en forma más o menos exagerada, y que provienen del reino
animal, como son las carnes rojas y sus derivados, pollo con piel,
carne de cerdo, huevos y lácteos. El resto es producido por alguna
falla hepática, es decir que lo fabrica el mismo hígado.
Pero lo que hoy nos ocupa son los
"cómplices" del colesterol, es decir aquellos que colaboran o ayudan
a su producción, y que enumero a continación:
Triglicéridos. Se trata
de otro tipo de grasas que viajan con el flujo sanguíneo y que,
cuando sus cifras exceden los valores normales, se asocian con el
colesterol para formar lesiones cerebrales. En cuanto al valor
normal de los triglicérido (TG), conviene que sea siempre menos de
150 mg %.
Colesterol LDL. Este es
el malo de la película, por eso también lo llaman "el colesterol
malo". Y lo es, por cierto, ya que junto con otras sustancia se
deposita en la parte interna de las arterias y se constituye en
parte vital del proceso.
Alimentos ricos en colesterol y grasas
saturadas. Hablamos de carnes rojas y sus derivados, pollo con piel,
carne de cerdo, todo tipo de embutidos, chocolates y productos
lácteos enteros.
Sedentarismo. Una
actividad física adecuada y supervisada por el especialista, sumada
a una dieta sana es altamente beneficiosa para controlar este
proces.
Sobrepeso y obesidad.
Suelen estar en relación directa con valores altos de colesterol y
también se asocian con la diabetes.
Estrés.
Estos seis elementos son los principales
"cómplices" del camino hacia la ateroesclerosis que afecta todas las
arterias del organismo, pero muy especialmente a las del corazón y
el cerebro. Claro que tampoco debemos olvidarnos de otros factores
que, quizá en menor proporción, también hacen su aporte, como son la
carga genética y el tabaquismo, por ejemplo.
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